¿Un Regulador Sistémico? III

Tras mi interrupción la semana pasada para hablar sobre el aniversario del Decreto Boyer, regreso hoy a mi serie sobre el regulador sistémico. En la primera entrega de la serie había explicado que la creación de un regulador sistémico entre la supervisión individual de instituciones financieras y la política monetaria tradicional era una de las ideas más discutidas para evitar crisis financieras en el futuro y que la mayoría de las propuestas al respecto apuntaban a que los bancos centrales tomasen esa labor de regulación del conjunto del sistema. En la segunda entrega intenté argumentar que este regulador debía tener unas reglas de comportamiento claras ya que la ambigüedad de simplemente otorgarle un mandato abierto traería notables problemas. Hoy empiezo con el análisis de estas reglas, en concreto con el control del nivel de apalancamiento.

Esta regla surgiría tanto de una tradición ya existente en los dos acuerdos de Basilea, que se centraron en buena medida en establecer un nivel de capital mínimo ajustado del 8%, como de la interpretación por muchos analistas de que quiebras como la de Lehman Brothers podrían haberse evitado si las instituciones financieras hubiesen dispuesto de un colchón de seguridad en fondos propios más generoso. Esto es por lo que, en la práctica, las peticiones de una regla de apalancamiento suelen significar una llamada al incremento de los fondos propios requiridos de los bancos.

Una cierta reflexión nos demuestra, sin embargo, que detrás de esta petición quedan aún muchos cabos por resolver.

En primer lugar no es claro que para implementar esta regla necesitemos un nuevo entramado institucional. Cada firmante de Basilea II puede siempre incrementar el capital mínimo requerido sin meternos en mayores complicaciones (las provisiones dinámicas exigidas por el Banco de España son una buena prueba de ello, pero lo mismo se puede hacer por ley de las Cortes). Pero esto no deja de ser sino una queja menor.

En segundo lugar, y de manera más directa, ni es claro cuál es el nivel adecuado de capital mínimo requerido ni esta regla solucionaría la prociclicidad del sistema actual. Me explico.

¿Si 8% no es suficiente, cuál es el nivel adecuado, el 10%, el 12%, el 25%? Hay que recordar que por cada ganancia de solidez del sistema generada por fondos propios más altos también tenemos una pérdida de bienestar social. Los bancos cumplen (entre otras) con una labor básica: la transformación de madurez entre depositantes a corto e inversiones a largo. El incremento de los fondos propios nos acerca hacia un sistema de banca no fraccionaria (narrow banking) que impide que se alcancen asignaciones de mercado Pareto-superiores que se pueden alcanzar con banca fraccionaria (Neil Wallace en este artículo lo explica muy bien; todos aquellos que sufren del virus austriaco deberían de leerlo con papel y lápiz a ver si caían por fin del guindo). El problema es que, más allá de estas indicaciones teóricas, no está claro dónde estas dos consideraciones, solidez del sistema versus transformación de madurez, se igualan en el margen.

Esta situación es muy distinta de la manera en la que solemos pensar, por ejemplo, acerca del control de la inflación. Tenemos buenos modelos teóricos que nos dicen que la inflación óptima es negativa (la regla de Friedman que iguala el retorno del efectivo a su coste de oportunidad), o en el caso de que este objetivo no sea factible, por ejemplo, por la existencia de rigideces nominales, que la inflación óptima es cero o casi cero (aunque en la práctica, el objetivo es más de alrededor de 2% por los sesgos hacia el alza que creemos tienen las medidas standard de inflación por su incapacidad de capturar correctamente las mejoras de calidad de los bienes y servicios a lo largo del tiempo). Con la regla de apalancamiento no tenemos ninguna de estas soluciones naturales y hemos de recurrir más a nuestra intuición que a un análisis sólido. Aún más grave, no es obvio que a lo largo del tiempo, el nivel óptimo de apalancamiento no cambie de manera tendencial, por ejemplo por mejoras tecnológicas o por cambios en la estructura productiva de un país.

La segunda consideración a la que me refería es que una regla de apalancamiento más rígida no soluciona los problemas de prociclicidad del sistema actual. Rafael Repullo y Javier Suárez han escrito mucho y muy bien sobre esto. Básicamente, y sin entrar en detalles, el argumento es que las reglas de Basilea golpean a los bancos con dureza cuando se entra en recesión, tanto porque las pérdidas se comen los fondos propios como porque la bajada de calificación de muchos préstamos en la cartera elevan los requisitos regulatorios. Estos dos mecanismos llevan a que el crédito se contraiga exactamente cuando más se necesita, agravando la recesión. En sentido contrario, los beneficios y las mejoras de calificación de la cartera de los bancos hace que el credito se expanda cuando no queremos que lo haga, poniendo gasolina al fuego de la expansión.

En un tema relacionado, La solución es introducir mecanismos de ajuste cíclico en el nivel de apalancamiento requerido (o, como han propuesto Dewatripont y Tirole, hacer que la prima de seguro de depositos sea cíclico). Pero de nuevo nos encontramos que los modelos económicos no nos van a dar una sugerencia de cuánto hemos de ajustar el apalancamiento de manera cíclica como nos lo dan, por ejemplo, en el control de la inflación con la regla de Taylor, donde sabemos que una respuesta del tipo de intervención de cerca del 1.5% por cada punto de inflación es aproximadamente óptima en un conjunto amplio de modelos.

En conclusión: una regla de apalancamiento con ajustes cíclicos puede ser una buena propuesta para equilibrar los requisitos de liquidez del sistema, asegurar la solvencia de los bancos y alisar el ciclo económico. Sin embargo, en la práctica, aún sabemos muy poco acerca de los detalles concretos de esta regla y de cómo construir modelos que nos sirvan para analizar cuantitativamente estas consideraciones.

Quizás una línea sean las ideas de John Geanokoplos, que lleva ya muchos años trabajando en modelos donde el apalancamiento y su evolución a lo largo del ciclo son claves para la valoración de activos. Un modelo de este estilo puede ser un marco de estudio. Sin embargo, aún estamos explorando como estos modelos funcionan pues su comportamiento puede ser muy poco intuitivo (un ejemplo de un paper de un chaval que fue al mercado este año y que está francamente bien).

Mientras tanto, quizás una subida en los requisitos de capital y unos moderados ajustes cíclicos sean una primera regla para empezar a caminar, aunque no termino de estar totalmente convencido.

La semana que viene: el control de la innovación financiera.

Hay 6 comentarios
  • Un poco off-topic, pero:

    > por la existencia de rigideces nominales, que la inflación óptima es cero o casi cero (aunque en la práctica, el objetivo es más de alrededor de 2% por los sesgos hacia el alza que creemos tienen las medidas standard de inflación por su incapacidad de capturar correctamente las mejoras de calidad de los bienes y servicios a lo largo del tiempo)

    Curioso. Desconocía que esos sesgos en la estimación de la inflación fueran la causa principal de que el objetivo fuera óptimo. Yo pensaba que se justificaba un nivel moderado pero positivo de inflación porque "engrasa" mejor esas rigideces nominales, en la línea de Akerlof - Dickens - Perry (aunque supongo que ambos factores importan): http://ideas.repec.org/a/bin/bpeajo/v27y1996i1996-1p1-76.html

    Y hace poco creo que Blanchard puso sobre la mesa otras dos posibles ventajas de una inflación algo superior: que te da más margen para recortar los tipos nominales y, por lo tanto, los reales (de modo que aumenta el margen en el banco central no pierde tracción por la trampa de la liquidez), y que en una unión monetaria puede favorecer un ajuste más rápido y menos traumático de los tipos de cambio reales. Un tema interesante y en el que, en efecto, hay que contraponer en el margen estos beneficios con las pérdidas de eficiencia debidas a las desviaciones de la regla de Friedman. Un enfoque de los trade-offs en la política monetaria similar al de los trade-offs en la política fiscal en que quizás pensaba Tobin cuando dijo aquéllo de "it takes a heap of Harberger triangles to fill an Okun's gap!". Ahora toca aplicar ese enfoque a la regulación financiera.

    Se agradecen mucho estos posts, realmente escasean los textos en español con estos necesarios análisis de temas que tanta trascendencia tienen sobre las vidas de montones de persones, como trágicamente estamos comprobando. "Keep up the good work!"

  • La chulería anglosajona quizá se deba a este artículo del “Consolidated version of the Treaty on the Functioning of the European Union”:

    Article 123
    (ex Article 101 TEC)
    1. Overdraft facilities or any other type of credit facility with the European Central Bank or with the central banks of the Member States (hereinafter referred to as 'national central banks ') in favour of Union institutions, bodies, offices or agencies, central governments, regional, local or other public authorities, other bodies governed by public law, or public under takings of Member States shall be prohibited, as shall the purchase directly from them by the European Central Bank or national central banks of debt instruments.
    2. Paragraph 1 shall not apply to publicly owned credit institutions which, in the context of the supply of reserves by central banks, shall be given the same treatment by national central banks and the European Central Bank as private credit institutions.

    Pero interpretando la ley a lo Audiencia Nacional, y con unos cuantos muertos más en Grecia, quizá el supremo europeo de la razón al sentido común, aunque eso ponga a prueba “la confianza” de los mercados.

    ¿No está el BCE comprando ya MBOs y CDOs basura de Grecia?

    Donde iremos a parar.

  • Yyl:

    Gracias por el comentario. Si, hay otros argumentos para tener una inflacion mayor. A mi no me terminan de convencer porque el coste en terminos de dispersion de precios inducida por una inflacion del 4% es notable y es mas facil recurrir a la politica fiscal para salir de la cota cero. No queria, sin embargo entrar en detalles sobre la inflacion porque la utilizaba solo como analogia para el analisis de las reglas de apalancamiento.

    Pero prometo que un dia de estos hablare del tema en detalle (estoy escribiendo un paper con un amigo sobre esto en concreto que esta quendando bien chulo...).

  • Le agradezco mucho, Dr. Fernández-Villaverde, la teoría económica que incluye en sus entradas. Son muy útiles para navegar en estas aguas procelosas de la economía financiera y para recordar lo que, con dificultades, aprendimos hace ya tantos años en nuestros cursos de doctorado. Únicamente quisiera, desde el respeto, señalar que el término "madurez" no tiene en español (al menos en el diccionario de la RAE, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=madurez ) el significado de "maturity" (o vencimiento) que Vd. le ha dado en su entrada.

  • Hola Charlie:

    Gracias por el comentario. Es verdad que "vencimiento" es mas comun para maturity, pero "madurez" yo lo he visto muchas veces, quizas como copia de la madurez de un fruto (o como copia del ingles).

    Una busqueda rapida en internet me da tanto articulos como instituciones, desde el Banco de Mexico hasta el ministerio de hacienda de Chile o de Uruguay, donde la utilizan de esta manera

    Nos vemos

  • Hola Jesús, y resto de amigos,

    Un tema muy interesante y, curiosamente, de vuelta a la actualidad en cada crisis, ¿por qué será? Hay algunas cuestiones que me gustaría comentar sobre el asunto:

    - Creo que no hay duda de que establecer unos requisitos determinados de capital y liquidez es necesario. Lo es porque en depresión los bancos tienen problemas de solvencia (sus activos pierden valor) y de liquidez (sus activos están invertidos a mayor plazo que el de sus pasivos). Pero ¿por qué ocurre esto? Sin ánimo de dar la lata, creo que el hecho de que los bancos puedan conceder créditos de forma casi totalmente elástica y que lo hagan descoordinando los plazos de activos y pasivos, así como los tipos según plazos, tiene mucho que ver.

    - Pero es que, además, esta capacidad procíclica de monetizar el crédito (ahorro futuro) altera el comportamiento presente de los agentes económicos y beneficia más a unos sectores (que crecen proporcionalmente más) y agentes (que aumentan sus rentas) que a otros, lo que altera la estructura productiva y la relación entre ahorro y consumo. Si la monetización del ahorro futuro es excesiva y a un coste ínfimo (que incentiva el consumo y la inversión en detrimento del ahorro presente), el rendimiento obtenido a las inversiones realizadas será insuficiente para devolver los créditos. En otras palabras, tendremos un problema de solvencia cuando las rentas de los agentes empiecen a ser insuficientes para hacer frente a sus compromisos de devolución de deuda y para mantener el mismo nivel de consumo e inversión. Por otra parte, el problema de liquidez es consustancial a la banca, y está relacionado con el anterior, en la medida en que pueda obtenerse mayor beneficio por invertir a largo lo que se obtiene a corto, lo que incentiva a llevar este proceso a sus extremos.

    En depresión falta el crédito ("exactamente cuando más se necesita"), pero es que llegado un punto, el castillo se desmorona, tanto por la oferta (bancos con problemas de solvencia y de liquidez) como por la demanda (agentes endeudados y estructura productiva desestructurada por un crecimiento desordenado), y no se va a arreglar el problema con más crédito (si fuera posible), sino que se dilataría y agravaría, porque el endeudamiento está ahí, el "agujero" de ahorro futuro ya es demasiado grande y llega el momento -algún día- de hacerle frente, y dilatarlo da un respiro, pero sólo agrava el problema.

    En fin, se trata de un asunto que tiene muchas implicaciones más allá del puro sistema bancario. Afecta a toda la economía, a todos los agentes, a la oferta y a la demanda, a los ingresos y a los gastos fiscales...

    Sin necesidad de un "narrow banking", creo que es prudente analizar en detalle lo que ocurre de forma repetida con la banca y actuar en consecuencia.

    - Por lo que se refiere a la "inflación", creo que lo primero que debe hacerse es definir bien este concepto, porque lo que se hace habitualmente es igualarlo a IPC y ahí empieza el problema. Creer que un IPC controlado es sinónimo de estabilidad monetaria (cuando, por ejemplo, el crédito o M3 están creciendo al 20%, como pasaba en España) es un error, y una pena para los economistas que lo defienden. Olvidar la evolución del crédito y la masa monetaria, y otros signos evidentes (como los precios de los activos o de determinados factores productivos o materias primas) o elementos que alteran ese pretendido equilibrio (productividad, importaciones baratas...), es un perfecto cóctel para el fracaso de la política monetaria.

    La verdad es que es sorprendente cuánto se ha evolucionado en otros terrenos y cómo estamos en los temas monetarios, y no me refiero a la práctica de política monetaria, que siempre será complicada y tendrá sus condicionantes políticos, institucionales e internacionales, sino a la teoría.

    Un saludo,

    Manuel

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