Tareas pendientes de la reforma laboral

Reproducimos por su interés un artículo publicado hoy por Samuel Bentolila y Marcel Jansen en El País.

En febrero de 2012 se aprobó la reforma laboral más profunda de las últimas dos décadas. Desde entonces el mercado de trabajo ha sufrido un deterioro considerable, aunque en los últimos meses parece haberse producido un cambio de tendencia. Sin embargo, no hay razones para la complacencia. Con el paso del tiempo se han ido acumulando los problemas y muchas personas corren el riesgo de desvincularse del mercado de trabajo si no se adoptan medidas. A continuación explicamos qué falta por hacer, pero primero repasamos lo sucedido en los últimos dos años y medio.

¿En qué consistió la reforma laboral? La reforma de 2012 perseguía fomentar la flexibilidad interna como alternativa a los despidos y conseguir un rápido ajuste salarial. Para ello introdujo cambios profundos en la negociación colectiva: limitó a un año la ultraactividad de los convenios vencidos, otorgó prioridad a los convenios de empresa, facilitó ligeramente los descuelgues y permitió la reducción unilateral del salario por parte del empresario bajo determinadas condiciones. Aunque no solo aumentaron los márgenes para la flexibilidad interna, pues la reforma también redujo los costes de despido.

¿Qué ha sucedido desde entonces? La historia es conocida. La economía española entró de nuevo en recesión en 2011 y entre los primeros trimestres de 2012 y 2014 ha destruido 815.000 empleos netos, alcanzando la tasa de paro un máximo histórico del 26%. Y, lo que es aún más preocupante, de los 5,9 millones de parados actuales, casi dos tercios llevan más de un año en el paro. También ha empeorado la calidad del empleo: el empleo temporal sigue suponiendo cerca del 23% del empleo asalariado y el empleo a tiempo parcial ha subido del 15% al 17,4%.

Por último, los salarios reales siguieron la senda bajista iniciada en 2011 y se ha disparado la desigualdad salarial. Según los datos oficiales, en 2012 la caída media de los salarios reales fue del 1%. Pero, como ha señalado el Banco de España, esta cifra asciende al 2% cuando se tienen en cuenta los cambios de composición del empleo. Además, las reducciones han sido mucho mayores en la parte inferior de la distribución salarial. Entre 2008 y 2012 los salarios reales del 10% inferior cayeron un 17%, frente a una reducción del 1% en el 40% de salarios más altos.

¿Puede atribuirse esta evolución a la reforma laboral? Los detractores de la reforma destacan estos datos para desacreditarla, mientras que sus defensores se aferran a los datos positivos de los últimos meses. La realidad es que conviene ser cautos. La reforma introdujo muchos cambios a la vez y coincidió con una profunda recesión cuyas causas eran ajenas a la reforma. No tenemos aún información suficiente para poder aislar los efectos de cada factor. Solo en el aspecto salarial parece haber cierto consenso.

La reforma laboral perseguía contribuir a la recuperación mediante la reducción salarial o devaluación interna. Pero el ajuste salarial había empezado antes y seguramente se habría intensificado por el aumento del paro. Sin embargo, estos procesos suelen ser lentos, por lo que cabe afirmar, y así lo muestran sendos estudios de la OCDE y el Banco de España, que la reforma ha coadyuvado a la caída salarial. Además, según la OCDE, ha permitido mitigar la destrucción de empleo durante la recesión. La gran incógnita es en qué medida pueda la reforma aumentar la creación del empleo durante la recuperación.

¿Quedan tareas pendientes en la reforma del mercado de trabajo? Rotundamente sí. En primer lugar, han aflorado problemas en el despido colectivo (ERE). La supresión de la autorización administrativa ha desembocado en la declaración de nulidad de la mitad de aquellos impugnados en los tribunales, casi siempre por aspectos formales como la documentación a entregar a los trabajadores o el deber de negociar de buena fe. Además, como ha señalado el jurista Aurelio Desdentado, se ha abierto la puerta a que los jueces no solo evalúen si se dan las causas económicas que fija la ley, sino que también valoren si es indispensable despedir o si el número de despidos es el adecuado. El aumento de la inseguridad jurídica sobre la capacidad de despedir desincentiva la contratación indefinida y favorece el empleo temporal. Es necesario acotar más las causas de nulidad y evitar que los jueces puedan sustituir al empresario en la decisión sobre las medidas a adoptar. Tras superar esta inseguridad jurídica, convendría atajar el uso de los contratos temporales suprimiendo la mayoría de ellos e introduciendo un contrato indefinido único con indemnizaciones crecientes con la antigüedad.

En segundo lugar, la reforma laboral no ha logrado cambiar la estructura de la negociación colectiva. Los salarios son más flexibles, pero no se ha producido la perseguida sustitución de los convenios provinciales por nacionales ni se han constituido apenas nuevas unidades de negociación a nivel de empresa. Para romper esta resistencia habría que suprimir la extensión automática de las condiciones acordadas en los convenios a todo el sector de referencia. Puede mantenerse la opción de extender los convenios, pero solo en función de umbrales reforzados de representatividad de las patronales y los sindicatos, sujeta a su comprobación fehaciente. Este es el sistema vigente en la mayor parte de Europa y daría a los interlocutores sociales los incentivos adecuados para negociar salarios acordes tanto con los intereses de todos los afectados como con el interés general. Sin embargo, creemos que esto solo podrá abordarse a medio plazo, cuando se hayan regenerado a fondo estas organizaciones.

¿Y las famosas políticas activas de empleo? La modernización de las políticas activas es la principal tarea pendiente. Los parados de larga duración presentan tasas bajísimas de salida del paro y muchos de ellos podrían desvincularse del mercado de trabajo, por la pérdida de capital humano que sufren, por la reducción de su esfuerzo de búsqueda y por la percepción que de ellos tienen las empresas. Por ello es crucial facilitar su reinserción laboral.

No es solo cuestión de gastar más, sino de gastar mejor. En la práctica, la participación en políticas activas solo ha sido obligatoria al agotar las prestaciones por desempleo ordinarias. Además, la oferta de ayudas suele consistir en programas genéricos sin relación alguna con las necesidades reales del trabajador o de las empresas. En el futuro, los servicios públicos de empleo tendrán que diseñar itinerarios personalizados para todos los parados, con programas de formación y ayuda en la búsqueda. También mediante la colaboración con agencias privadas de colocación, pero con un presupuesto mayor del irrisorio recién aprobado, que solo dará para ayudar a unos 25.000 parados al año. Obviamente el control del uso de los fondos deberá ser mucho más riguroso que el actual.

La prioridad debe ser la reinserción laboral en el plazo más breve posible. Para ello es necesario vincular la percepción de prestaciones por desempleo a la verificación de la búsqueda activa por parte de los parados o a su participación en los programas ofrecidos. Esta reorientación solo será posible tras una profunda modernización de los servicios públicos de empleo. Además, hay que acompañar estas medidas con una fiscalidad que fomente la contratación, en especial de trabajadores poco cualificados.

El rey Felipe VI recordó en su proclamación ante las Cortes que la crisis económica ha golpeado duramente a muchos ciudadanos, hasta verse heridos en su dignidad como personas, y señaló que tenemos el deber moral de ofrecer protección a las personas y familias más vulnerables. Es decir, que España tiene la obligación de diseñar instituciones inclusivas que fomenten la cohesión social y permitan que los frutos del crecimiento lleguen a todos. Las políticas laborales son esenciales para lograrlo.

No nos podemos permitir más retrasos. En caso de no avanzar en la dirección apuntada corremos un alto riesgo de cronificación del paro en niveles altos y de un aumento inaceptable de la exclusión social.

Hay 12 comentarios
  • "Es necesario acotar más las causas de nulidad". Las causas de nulidad están perfectamente acotadas: existencia del periodo de consultas, entrega de documentación, y respeto al procedimiento. La reforma suprimió la autorización administrativa y limitó la capacidad del juez para valorar la pertinencia de los despidos; el juez si existe la causa esgrimida por el empresario debe declarar ajustada a derecho la decisión extintiva. En contrapartida, se sanciona con nulidad el incumplimiento de los requisitos formales exigidos legalmente que responden a la necesidad de respetar el procedimiento y de que exista un verdadero periodo de consultas. También se sanciona con la nulidad la vulneración de los derechos fundamentales, cuestión que supongo que no se discute.

    Un saludo,

    • JuanAV, el requisito de 'negociar de buena fe' no está bien definido. No debería significar que se tenga que elevar la indemnización por encima de la legal, por ejemplo, como se ha interpretado en algún caso. Tampoco todos los requisitos formales tienen la misma importancia y algunos de ellos no deberían suponer la nulidad, solo los que realmente impidan a los trabajadores ejercer sus derechos fundamentales. La nulidad por defectos de forma se ha convertido en un mecanismo de activismo judicial excesivo, en mi opinión.

  • 1º Falta la foto de interes cultural de samuel , sin ella, sus articulos no son iguales 😀

    2º Ultraactividad de convenios: Sugerencia: ¿No deberias habero sugerido que debe clarificarse por ley que pasa cuando no se llega a un acuerdo? P.ej: en caso de no llegar a un acuerdo se pasara a usar como norma el salario minimo interprofesional... comentais la "extension automatica" .. es de facto lo mismo que la ultraactividad!

    3º bajada salarial: la gran pregunta ¿que % de las bajadas son en "libre mercado" y cuantas en mercados laborales con convenio?

    • fanboy, no he puesto 'foto de interés cultural' por ser una reproducción de un texto escrito para otro medio, pero aprecio el comentario 🙂
      - La indefinición legal de la situación cuando no se llega a un acuerdo la criticamos cuando se publicó la ley. En todo caso, el decaimiento es al convenio colectivo de ámbito superior, si existe. Si no existe entonces, por defecto se ha interpretado que es al Estatuto de los Trabajadores.
      - Antes los vacíos (trabajadores no cubiertos por convenios colectivos) eran mínimos. Ahora realmente no lo sabemos, porque muchos convenios han decaído y la cobertura de la fuente estadística sobre convenios es limitada (parte del apagón estadístico).

  • Excelente artículo, con un gran detalle. Tienen toda la razón, necesitamos más información para conocer todas las implicaciones de la reforma laboral. En cuanto al aspecto del fomento de la negociación a nivel de empresa, creo que la supresión de la extensión automática de las condiciones pactadas en el sector de referencia puede ser una buena medida en este sentido, pero creo que debe venir acompañada por un incremento importante de la participación de los trabajadores en la actividad sindical y en la negociación de dichos convenios a nivel de empresa. Los trabajadores no pueden quedar ajenos a las decisiones que les afectan de una manera directa, sobre todo cuando algunas decisiones pueden tener grupos de trabajadores beneficiados y otros perjudicados. Por ejemplo los trabajadores que tienen una menor probabilidad de ser despedidos tienen un mayor interés en el salario, mientras que los que tienen una alta probabilidad de despido están más preocupados por el número de empleados. Pero, ¿ cómo podríamos encauzar una mayor participación en las negociaciones del conjunto de trabajadores de la empresa que permita que todos los intereses estén suficientemente representados en una mesa de negociación?
    Reciban un cordial saludo.

  • Con un paro historico del 26% y sin posibilidades reales que se reduzca de manera sustancial antes de una decada .... ¿no se deberian plantear reformas radicales?. Le llevo dando vueltas un tiempo y voy a comentar una reforma que me parece evidente y tiene enormes ventajas para todos: dividir el mercado de trabajo en dos mercados superpuestos.

    MERCADO APARENTE: El que hay en la actualidad con las reformas que comentais pueden ser necesarias (aqui se moveria el trabajador).

    MERCADO REAL: Negociado exclusivamente entre el Gobierno y las empresas. El Estado o quien corresponda financiaria la diferencia entre el mercado real y el aparente.

    Una ventaja es que siempre puedes igualar el mercado real con el aparente y es como si no hubieses hecho nada. La otra ventaja es que puedes ayudar a las empresas bajando sueldos sin que sea el trabajador quien lo pague. Seria muy flexible que es lo que necesitan las empresas.

    • Pedro, las medidas radicales habitualmente tienen efectos colaterales inesperados y negativos, tomarlas sin valorar las consecuencias lo más rigurosamente posible no es buena idea. Para mí tu mercado aparente es el mercado real. El gobierno ya participa en financiar varias de las consecuencias de las decisiones de mercado (p. ej. las prestaciones por desempleo cuando las cotizaciones no las cubren o las indemnizaciones por desempleo para las empresas pequeñas) y regula el marco de todas los aspectos importantes de las relaciones laborales. Meter al gobierno a sufragar, por ejemplo, suplementos salariales negociados con las empresas tendría unos efectos muy negativos (para empezar, dados los incentivos que tienen los gobernantes, que son normalmente muy distintos de la eficiencia económica).

      • Coincido sin reservas con tu opinion de los politicos. Lo primero desde luego es cambiar las reglas de juego politico cambiando la Constitucion y separando poderes.

        La propuesta no es nada novedosa y es la misma que se utiliza en el comercio internacional cuando se imponen aranceles. Se crean dos mercados paralelos uno aparente interior y otro real exterior.

        La diferencia de costos es transitoria, no permanente, y al Estado le saldria gratis:

        a) Las empresas, en conjunto, crean un fondo de provision para ayudar en situaciones como esta a las que estan pasando apuros. El dinero debe ser devuelto cuando mejore la situacion y el Estado solo hace de avalista.
        b) Los trabajadores, en conjunto, pueden hacer lo mismo y aportar su parte.
        c) En casos catastroficos como el presente, el Estado puede endeudarse y ser su propio avalista.

        Los empresarios suelen hacer lo imposible por salvar sus empresas y el Estado no estaria asumiendo riesgo real de perder dinero si no hace el tonto intentando salvar empresas insalvables. No es esa la funcion del doble mercado si no la de "dar flexibilidad a las empresas en una situacion de apuro que se presupone transitoria hacia el pleno empleo".

        Es INACEPTABLE pensar que la bajada de salarios va ha ser permanente y que el paro va estar por encima del 20% los proximos 10 años. Muchas empresas podian haberse salvado si se las hubiese ayudado a tiempo.

        Gracias Samuel por escuchar.

        • Una opinión he visto lo que stiglitz escribe en la desigualdad sobre la tecnología y el sesgo de cualificación.olvidando los problemas comerciales de distorisiones y monopolio.La buena cualificación de la mano de obra China ,EE.UU realizo un esfuerzo igual después d la segunda guerra y en definitiva ls problemas estructurales que anteceden al esfuerzo económico educativo ,creando titulados sin generar distorsiones ,mal utilizada la palabra,con los puestos no cualificados:ademas llego con la tecnología menos trabajo para aquellos que no se formaron ,mal crecimiento de ingreso no cualidficados y la sustitución de maquinas por mano de obra ,menos puestos no cualificados.La tecnología genera necesidad de cualificación.Ademas el sesgo de la innovación con la ecología ,ambos son trasfondo de las políticas americanas de Obama 1-seguro social 2-gasto de cambio climático

  • Excelente artículo suficientemente detallado.
    Por otro lado querría destacar que (por mi experiencia comentando ocasionalmente en este blog) Samuel Bentolila es una persona completamente abierta a recibir críticas y que las responde con elegancia e inteligencia.

    • Escéptico, en este artículo hemos querido meter demasiadas cosas en las 1.300 palabras que nos dió el diario y seguramente algunas partes son algo crípticas, por eso están especialmente justificados los comentarios. Gracias por tu comentario final, hago lo que puedo dadas mis limitaciones.

  • si la economía esp reduce su gasto exterior ,ahorrando básicamente ,supone en una actividad deportiva ,que dejamos de hacer ,menos zapatos compramos,para mejorar nuestra posición exterior de inversión y de capacidad de vender nuestra tecnología,innovación ,manufacturas etc,sericios ,bienes de inversión etc;pero básicamente que dejamos de comprarnos y de disfrutar de nuestro tiempo para generar una menor importación o que esat sea menos costosa,al menos que la recaudación y las consistencia impositiva no deba genrar desconfianza para ello el gasto de comunidades y ayuntamientos deben tener la complementariedad conforme al esfuerzo de ahorro y de gasto disponible no limitando los servicios educativos que se doten doblando su crecimiento en el largo plazo .Asi el empleo debería ser una cuestión distinta de la robusted económica y si de las medidas de empleo ;recuperación y empleo ,independiente de las políticas presupuestarias que sabemos no van mas que al desempleo ., politica macro:oferta de crédito privado demanda publica del mismo , donde equilibrar y activar.
    esperab amas decencia.

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