Recomendación de lectura: La Urna Rota – ¿por la educación viejuna?

la urna rota

El amigo Dani ya nos ha acusado de que este blog se empieza a parecer a Paco Umbral de tanto hablar de libros de amigos. Pero, ¿qué le vamos a hacer si los amigos escriben libros que nos parecen interesantes? En el caso del libro de hoy, La Urna Rota además ni siquiera conozco a los escritores, que son también los editores de otro blog sobre ciencia social avanzada que seguro que siguen la mayoría de nuestros lectores. Y apuesto a que muchos ya han leído el libro, así que en lugar de una recensión haré lo habitual en mis recomendaciones de lectura, usarlos de excusa para hablar de algunas obsesiones personales.

Lo cual inevitablemente me trae a la memoria esa famosa anécdota atribuida al Nobelista Robert Solow: “A Milton Friedman todo le recuerda la oferta monetaria. A mí todo me recuerda el sexo, pero procuro dejarlo fuera de mis artículos.” Y a los lectores habituales no les sorprenderá lo que me trae a la memoria La Urna Rota: el problema educativo de nuestro país, y en menor medida, los experimentos y la confianza entre individuos.

Vamos por partes, el libro es interesante porque consigue, de manera sencilla y comprensible para el lego inteligente comprender mejor algunos de los problemas institucionales de España y estudia algunas soluciones. Entre los problemas tenemos los sospechosos habituales: líderes mediocres, sistemas electorales que hacen difícil la emergencia de nuevos líderes y partidos, corrupción. Pero también algunos “nuevos culpables”, cual es la escasa propensión de los españoles a organizarse para que su voz y sus intereses sean oídos.

Y es muy acertada la defensa que los autores hacen de los intereses concretos, frente al mítico unicornio del “interés general”. La política consiste en parte (y donde está bien organizada, sobre todo) en plasmar estos intereses diversos en medidas concretas, que inevitablemente satisfarán a unos más que a otros, y no sólo en “hacerlo bien”. Es decir, la eficiencia es un factor importante, pero una vez estamos en la frontera de posibilidades de la sociedad sigue habiendo muchas alternativas y hay que elegir entre ellas. Es fácil olvidar esto en un entorno ineficiente, pero mejor acordarse antes de llegar allí no sea que acabemos donde no queríamos.

La segunda parte del libro se centra en lo más importante: la solución de los problemas destacados en la primera parte. Como es natural, dada la formación en ciencia política de los autores, una parte de la discusión se centra en si una reforma de nuestras instituciones políticas podría mejorar las cosas. Para no hacer el ridículo, quizá es mejor que les diga que el libro no ofrece una bala de plata. Sintiéndolo mucho, es dudoso que las listas abiertas, o las primarias, o alguna otra receta mágica que se nos vaya ocurriendo. En NeG ya se lo hemos ido advirtiendo (notablemente Jesús, que se ha desgañitado diciendo que las listas abierta NO son la solución de nuestros problemas políticos aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí).

Pero como se podrían esperar nuestros lectores, si me meto en este asunto, del que obviamente no sé nada, es porque tiene algo que ver con la educación. Por si son nuevos en estas páginas, o tienen tan mala memoria como yo, déjenme que les enseñe un gráfico de PISA.
elites
Vale, es del 2009, pero es que aparte de desmemoriado soy perezoso, y por desgracia el del 2012 es IGUAL!!! España en educación no está bien, pero esto es sobre todo porque tenemos un problema de élites. Mientras que el país grande europeo medio tiene alrededor de un 8% de estudiantes en el nivel más elevado de PISA, España apenas supera el 3%. De ahí tienen que salir los médicos, los ingenieros, los abogados de los bufetes de postín y el economista de Penn ocasional.

De entrada hay poca gente buena en el país, como el gráfico hace tristemente patente. Pero un problema que La Urna Rota describe con crudeza es que los sistemas de selección de los partidos en España son además sistemas de selección adversa. Además de tener poca gente brillante los partidos tienen un criterio de selección casi único: LEALTAD. Un sistema medieval, donde el señor feudal se preocupa de que los vasallos pongan todo su capital a disposición de quien manda. Para que cualquier amenaza reciba el pago que merece. Por tanto, nuestros compañeros reformistas están de acuerdo en que posiblemente hay cosas que reformar en el sistema político, pero probablemente es más importante mejorar la calidad intelectual de los combatientes que las reglas del combate.

Otra cosa en la que estamos de acuerdo es que aunque la ideología es importantísima en la toma de decisiones y el “interés general” es el disfraz innoble del que tiene un interés concreto, el conocimiento y los expertos tienen un papel que desempeñar en el mundo político. Por motivos casi egoístas, me ha encantado la discusión sobre la utilidad de los experimentos aleatorizados para el diseño de políticas, de los que hemos hablado con frecuencia en estas páginas (aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí).

Mi opinión, que creo que comparten tanto los autores de La Urna Rota como nuestros lectores, es que una consecuencia de tener líderes mejor seleccionados, es que no tendrían tanto reparo en preguntarse si sus decisiones son razonables o no. Harían experimentos, y preguntarían a los expertos, porque se sentirían suficientemente seguros de sí mismos como para que la negación experimental de una de sus hipótesis no dañara ni su imagen de sí mismos, ni la que sus votantes tuvieran de ellos. Todo el mundo sabría que su cambio de opinión no era más que un síntoma más de su racionalidad Bayesiana.

El día que eso suceda, prometo dejar de torturar a nuestros lectores desde estas páginas. Espero que esto suceda antes de que sea demasiado viejo. Mientras tanto, lean La Urna Rota, no se arrepentirán.

Hay 18 comentarios
  • Interesante recomendación. Lo que pretenden los autores del blog http://politikon.es/ es, en definitiva, aportar luz sobre nuestros problemas y discutir sobre las propuestas de solución en base al conocimiento, un labor que realizan de manera encomiable. Recomiendo a los pocos lectores de este blog que no conocen politikon que lo visiten a la mayor brevedad posible.

    Yo no creo que en este país haya poca gente buena, sino más bien un buen potencial semejante al de otros países pero mal orientado, donde no se aprovechan suficientemente las posibilidades de formación. Creo que el debate sobre la educación es bueno en la medida que pone claramente de manifiesto la importancia de la educación, ayuda a que la gente se entusiasme por el tema, que vea la educación en todas partes, porque ciertamente la educación está relacionada con muchos asuntos. Humildemente creo que una educación sin entusiasmo de los alumnos, de los profesores y de la sociedad en general es como un cuerpo sin vida. Bienvenido sea el debate sobre la educación, en la medida que ayude a entusiasmar a la gente con el tema.

    Reciba un cordial saludo.

    • Gracias. No pretendía decir que los españoles seamos intrínsecamente diferentes. Sólo que el nivel de formación a los 15 años presenta una escasez relativa de élites preocupantes. Y esto tiene que ser por culpa del sistema, que como bien dices, es el conjunto de la sociedad, padres, hijos, profesores y administración. A menos que todos se impliquen a fondo, no resolveremos ese problema, e indirectamente otros muchos.

  • Interesante reseña. Sin duda leeré el libro.

    Estoy de acuerdo que el bajo nível de los líderes políticos es uno de los problemas estructurales del país. Una mejora educativa, mejoraría la calidad de estos a base de desplazar a la derecha la distribución del conjunto de la población. Sin embargo, me parece esencial mejorar la atracción de talento y aumentar la meritocracia en la actividad política para solucionar el problema. Las listas abiertas me parecen una posible vía para conseguirlo sin embargo parece insuficiente a la luz del libro que se reseña y de los posts de Jesús. ¿Se presenta o se te ocurren otras propuestas que podrían corregir el problema de selección de líderes comentado en la reseña? En mi opinión las primarias dentro de los partidos políticos tampoco me parecen suficientes como para resolver estos problemas.

    • Podríamos empezar a votar menos porque "este es de los míos", un tribalismo que hace mucho daño. Y como sugieren los autores del libro, algo más de implicación en actividades sociales, lo mismo escribir un libro o un blog, que pertenecer a una asociación. Así pueden generarse nuevos candidatos a líderes, para que después haya dónde elegir.

      • No creo que se pueda afirmar que los políticos españoles sean de menor calidad que los políticos de otras democracias constitucionales. El nivel es malo en todas las DCs y difícilmente se vaya a poder mejorar. La pregunta clave es qué incentivos tienen personas capaces y rectas para elegir la política como carrera profesional. Un análisis simple puede basarse en Akerlof y el mercado de autos usados (The Market for Lemons, 1970) que se resume en que bajo información asimétrica lo malo desplaza a lo bueno (la Ley de Gresham aplicada a bienes distintos del dinero). En la competencia política por acceder al poder lo decisivo no es la posición ideológica per se de los candidatos (como equivocadamente es común suponer cuando se aplica el teorema del votante mediano de Hotteling, Black y Downs) sino el paquete de promesas. Mientras que las posiciones ideológicas pueden parecer objetivas de manera que la identidad y personalidad de los candidatos importa poco, las promesas son esencialmente subjetivas y su venta depende mucho de la habilidad del candidato para influir las creencias (y en alguna pequeña medida los valores) de votantes poco predispuestos a invertir en la elección.

  • Una anécdota para dejar el "feeling" de la situación: en las últimas semanas se han estado celebrando los exámenes para otorgar los premios extraordinarios de Bachillerato y de la ESO. He tenido conocimiento más o menos directo de las pruebas de Madrid, en las que han participado miles (literalmente) de estudiantes, todos ellos con calificación media de sobresaliente. Pues bien, era desolador ver la cantidad de estudiantes que dejaban los exámenes en blanco, y el número increíble de suspensos entre los demás. Si eso es lo que entiende nuestro sistema por alumnos "excelentes", mal vamos.

    • Es triste, pero no me sorprende. Por lo que observo entre los chicos de esta edad, simplemente nunca les ponen un ajercicio o enunciado "nuevo", y si en las pruebas había la más mínima sorpresa tiran la toalla. Simplemente no están acostumbrados a que haya cosas diferentes a las de siempre. Eso es educación "viejuna". Y los resultados saltan a la vista.

      • El porqué de ese problema puede venir explicado, en parte, por un motivo: si un profesor decide poner exámenes con enunciados "nuevos" se expone a un alto porcentaje de suspensos, como después se confirma. Si la asignatura que se imparte es opcional u optativa, esta práctica resulta perjudicial para la misma y, por ende, para el profesor, que el curso que viene, posiblemente, verá reducido el número de horas de las materias de su especialidad a causa del bajo número de alumnos matriculados, por lo que, quizá tenga que dar clases de una materia ajena a su especialidad.

        Por otro lado, como anécdota y sintomático de la manera de enfocar las evaluaciones de algunos docentes no universitarios: si un profesor de secundaria decide poner exámenes con enunciados "novedosos", muchos compañeros del centro te tildan de universitario cuando el contenido de los mismos versa sobre los conocimientos propios del nivel que corresponden. Piensan que los enunciados "novedosos" son inadecuados incluso para estudiantes de bachillerato.

        • Es cierto que la evaluación puede ser un obstáculo para exámenes menos rutinarios, pero esto solo ocurre por nuestro empeño en identificar aprobado con hacer bien la mitad del examen. ¿Debe eso ser necesariamente así? En una olimpiada de matemáticas, al concursante que resuelve (parcialmente) alguno de los problemas ya le dan una medalla. ¿No se podría ir (al menos un poco) en esa direccion?

  • Por experiencia, no por resultados estadísticos, no soy pesimista sobre el "nivel" de muchos de nuestros estudiantes. Pero soy escéptico sobre las expectativas que pueden acumular. Hablamos de ellos pensando que viven en una urna... sin conexión con el mundo. Pero, ¿que ven?
    1.- ¿Qué garantiza tener un buen expediente? Nada. Ni en este blog es suficiente, porque además hay que ser creativos, imaginativos, etc.
    2.- Los mejores se están yendo de España o están obteniendo trabajos mal pagados.
    3.- ¿Qué dice la CEOE o el Círculo de Empresarios? ¿Contratan a los mejores remunerándolos como debieran? ¿O están más preocupados por rebajar el SMI para contratar a los ni-nis? Que está bien, pero parece que prefieren contratar más barato a gente si formación que un poco más caro a gente formada. Gran incentivo.
    4.- Expertos como Ken Robinson llevan años diciendo que tanta proliferación de títulos lleva a una inflación...que los ha desvalorizado completamente. ¿No estamos gastanto demasiado en formación...para el uso real que tenemos? Y eso sin hablar de los efectos de la robotización que viene.
    5.- ¿Qué modelos de comportamiento ven? Latrocinio generalizado, corrupción, enchufismo, impunidad. ¡Estimulante!.
    6.- ¿Qué hacen los poderes públicos en cuanto pueden? Prometer el oro y el moro a costa de nuestros impuestos, sean barbacoas, toros, cohetes, festivales, etc.
    Mientras en España sigamos creyendo, todos, en los Reyes Magos, mal vamos.
    Ojalá continúe la austeridad germana para que nos veamos obligados a discutir no sólo sobre eficiencia, sino sobre todo sobre eficacia: ¿Hacemos lo que hay que hacer?

  • Y por cierto, si por un lado hablamos a nuestros jóvenes de la necesidad de ser creativos, emprender, etc y luego vemos el caso de Glowex, pues para qué seguir. 4 años falseando cuentas bendecidas por auditores, supervisores...y por la parte de la plantilla o de la empresa externa que las estaba formulando. Gente formada, sin duda, digo yo. Pero algo ha fallado aquí, ¿no? ¿Actitud? ¿Rigor? ¿Moral? ¿Deben formar parte los valores de los planes de estudios? ¿O eso es adoctrinamiento de los chavales?
    Pero no nos preocupemos. La solución....profundamente renovadora....nueva legislación.

      • Claro que me acuerdo. Un episodio digno de Berlanga.
        Efectivamente, el que haga trampas suspenso. En la clase y en la vida. Todo lo que estamos conociendo es la cantidad de trampas que se han hecho en España y a la gente no se la ha suspendido....ni de militancia, ni de empleo, ni de nada. Ojalá la Justicia avance por ese camino, porque o la gente, y por supuesto los chicos, perciben los incentivos correctos, o aquí no hay nada que hacer. Porque no tengamos ninguna duda de que ellos están procesando toda esta información.

  • Dejo aquí un enlace a una noticia aparecida en El País sobre la sobrecualificación en España, derivado de un informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo. Donde además Angel Gurría, Secretario General de la OCDE, suelta la siguiente perla: "el nivel de competencias de los titulados japoneses de secundaria superior es similar al de los graduados universitarios de España".
    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/07/07/actualidad/1404750101_010838.html

  • ¿Otra vez cargando sobre la escuela la responsabilidad de todo? Lean el artículo en El País de Milagros Pérez Oliva: "Quiero ser millonario" (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/07/05/catalunya/1404588806_265560.html), deprimente descripción del nulo poder de influencia de la escuela frente a los corrosivos valores que impregnan las mentes infantojuveniles desde la publicidad, los medios y la sociedad en general. Los profesores hacemos lo que podemos, pero ¿de verdad "podemos"? Perdón por el juego de palabras. Yo lo intento en http://www.pulgarcity.blogspot.com y me hago la ilusión de aportar mi granito de arena, pero parece que va uno contracorriente.

    • No cargo contra nadie. Señalo un hecho. España tiene un problema de élites educativas, y formulo la hipótesis de que ese es uno de los factores explicativos de una patética clase política. Y creo que no he acusado a nadie. De hecho más arriba digo que el bajo nivel de élites es responsabilidad de todos, alumnos, padres, profesores y administración. Y probablemente sociedad en su conjunto. Quizá los chicos no hagan más esfuerzo porque perciben que no es necesario. Ya vendrá papá, o papá partido, a colocarme.

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