Haití o la Herencia del Pasado

Este miércoles me doy un respiro con la política monetaria para hablar de un tema más triste pero sobre el que he comentado hoy en clase.

Y lo hago con cierta reticencia pues no pensaba escribir nada sobre Haití porque, a parte de lo obvio, no me venía a la cabeza nada especialmente interesante que decir. Pero este gráfico que me envía Gustavo Ventura me hace cambiar de idea:

PIB per capita: Haití versus República Dominicana
PIB per capita: Haití versus República Dominicana


En él vemos la evolución de la renta per cápita en Haití y la República Dominicana en dólares de 1990 (para ponerlo en Euros de hoy en día hay que multiplicar por 1.25 más o menos) desde 1950 con datos de Angus Maddison, que es una fuente absolutamente estándar para estos menesteres.

Tres cosas le causan a uno eso que Larry Summers llamaba “interocular trauma,” es decir que te salta a los ojos con tanta claridad que hasta duele.

Primero: en 1950 Haití era un país muy pobre, apenas unos 1000 dólares de renta per capita. En aquel entonces España, a pesar de la política económica desquiciada de la autarquía era ya considerablemente más rica (2397 dólares).

Segundo: la República Dominicana tenía en 1950, más o menos, el mismo nivel de renta (1045 dólares contra los 1051 de Haití).

Tercero: algo más de medio siglo después, en el 2005, Haití era, en términos per cápita, más pobre que en 1950. 55 años a la basura y, unido al crecimiento de la población, no solo más pobre sino con una considerable devastación ecológica (solo hay que ver las fotos de satélite de cubierta forestal en un lado y otro de la frontera: estos videos y fotos son impresionantes). En comparación, la República Dominicana había incrementado su renta per cápita por algo más de 4.5.

Y estas diferencias en términos de crecimiento no son solo que la gente tenga una casa un poco mejor o una televisión más grande (aunque, al contrario de muchos filósofos de salón, siempre he pensado que tener una televisión más grande hace a la gente más feliz). Hablo también de vidas humanas.

Se calcula, aunque no lo sabremos con exactitud, que unas 150.000 personas han muerto en el terremoto. ¿Cómo de diferente hubiese sido el terremoto en la República Domincana?

Matthew Kahn intenta responder a este contrafactual en un artículo hace unos años, “The Death Toll from Natural Disasters: The Role of Income, Geography and Institutions.”

Kahn recopila datos de desastres naturales en 73 países entre 1980 y 2002. Dado que no hay prácticamente ninguna correlación entre el PIB per cápita de un país y los terremotos que sufre, se puede mirar de manera relativamente fácil los efectos del PIB sobre las muertes causadas. El resultado principal es que, cuando el ingreso de un país se dobla, el número de muertos cae un 28 por ciento.

Siguiendo esta lógica, si Haití hubiese crecido como la República Dominicana, habría habido un 55 por ciento menos de muertos , es decir unos 83.000 muertos menos, una cifra espectacular.

De hecho, creo que el efecto sería aún mayor. Como dice Kahn: “Between 1980 and 2002, India experienced 14 major earthquakes that killed a total of 32,117 people while the United States experienced 18 major earthquakes that killed only 143 people.” O para hacernos una idea: el terremoto en San Francisco de 1989, un 7.o en la escala de Richter (solo un pelín menos que el de Haití), causó 63 muertos y si bien es cierto que California tuvo suerte porque mucha gente estaba viendo a esa hora la World Series de Beisbol, la diferencia en muertos es tan desalentadora como lapidaria.

Otro día hablaré de porqué Haití no ha crecido. Pero cierro con un recomendación: un libro clásico sobre Haití es The Black Jacobins: Toussaint L'Ouverture and the San Domingo Revolution, por C.L.R. James, uno de los grandes historiadores marxistas del siglo y, en sus ratos libres, considerado el mejor escritor habido sobre cricket (si alguno de vosotros entiende ese juego, que yo no). Una magnífica biografía es esta.

Hay 1 comentarios
  • Para entender las diferencias (sobretodo en términos de devastación ecológica) entre Haiti y Rep. Dominicana recomiendo leer Collapse de Jared Diamond. Dedica un capítulo a explicar de forma clara y concisa las diferentes estrategias de gestión del suelo en los dos países.

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