Encadenando contratos … y otras medidas urgentes

 El Consejo de Ministros acaba de aprobar un nuevo paquete de medidas laborales. Se suman a las ya innumerables medidas “urgentes” destinadas a aliviar un mercado de trabajo en la UVI. No consisten en tratamientos de shock, reformas básicas que nos permitan reflotar y vislumbrar un crecimiento sostenible. Estas reformas sólo cabe ya esperar que se concreten en la próxima legislatura. Mientras, se van aprobando parches, políticas de corto alcance y con escaso soporte empírico.

 El cambio de rumbo

 Esta vez, la ocurrencia consiste en eliminar los límites  al encadenamiento de contratos temporales. Marcha atrás del propio equipo que los impulsó hace un lustro con la reforma del 2006 y los hizo aún más estrictos hace apenas un año con la reforma del 2010. Con la primera se establecieron límites para los contratos registrados para el mismo puesto de trabajo y la misma empresa. Con la segunda, se extendió la norma a los contratos que se hubiesen firmado para diferentes puestos de trabajo en la misma empresa o grupos de empresa. Esta medida fue una de las piezas básicas dirigidas a reducir la dualidad y la temporalidad del mercado de trabajo (Capítulo 1) y se reforzó estableciendo además un límite a la duración de los contratos de obra y servicio.

 Técnicamente, supone un nuevo reconocimiento de que la legislación contractual importa y que nuestro mercado de trabajo es rehén de la misma. Supone también un giro inédito en las políticas de lucha contra la dualidad laboral seguidas en las dos últimas décadas. Con esta nueva medida no acabamos con el secuestro, simplemente se postergará la decisión de mantener o no centenares de miles de relaciones laborales con la conversión de los contratos temporales en indefinidos. Cuando haya acabado su período de aplicación transitorio, seguiremos con el mismo problema.

La última reforma tampoco ha tenido los resultados deseados. Tal como venimos analizando, documentando y reclamando en este blog, no funcionó, por equivocada, de escaso alcance y poco atrevida. Nos negamos a pagar el rescate, tirando la toalla en lugar de coger el toro por los cuernos, limitando el problema, con una solución más sensata que ya sólo se puede pedir a gritos: un contrato único con indemnizaciones crecientes con la antigüedad (por sólo enlazar dos post de la decena que hemos escrito ya en NeG, aquí y aquí). 

Sobre la oportunidad y eficacia de este cambio de rumbo

Condicionado al hecho de que se ha renunciado al pago del rescate con la reforma más adecuada, esta medida sería a priori bienintencionada. Se trata de no forzar a las empresas a ponerse en la tesitura de despedir llegado el momento de decidir si han de renovar a sus trabajadores temporales a un mayor coste, y, peor aún, que esta decisión se complete con una amortización del puesto de trabajo. Dado el momento por el que estamos pasando, la probabilidad de que estos sucesos ocurran sería más alta que en épocas de bonanza. Y evidentemente, en estas circunstancias, podemos estar de acuerdo con nuestro ministro de trabajo, y “preferir un contrato temporal a un parado”, de la misma forma que, en un mercado de trabajo tan segmentado, podemos preferir una mayor tasa de paro a una menor tasa de actividad (véase esta entrada con JJ Dolado).

Un politica de corto alcance. En un trabajo que hemos publicado hace apenas un mes como documento de Fedea con José Ignacio Conde-Ruiz y José Ignacio García Pérez, mostramos (Gráfico 3, que también incluimos en esta entrada), que las conversiones de temporales a indefinidos sí que parecen haberse visto afectadas desde el inicio de esta crisis. Habrían llegado a unos niveles mínimos para todos los períodos de antigüedad superiores a 1 año, aumentando los flujos de salida hacia el desempleo. Sin embargo, ya antes de la crisis, y en especial, durante toda la última década, las tasas de transición desde un contrato temporal a uno indefinido se mantenían a niveles realmente muy bajos, por no decir ridículos. Así, con los datos de este gráfico, podríamos decir que la caída de las tasas de conversión derivada de la reforma del año 1997 parece haber sido mucho más sustancial que la que se podría achacar a la crisis y que los flujos hacia el desempleo no habían cesado de crecer desde entonces.

A pesar de toda la batería de medidas incluidas en la última reforma laboral, los datos sobre contratos no parecen haber revertido esta situación.

Por otra parte, poco se puede decir sobre la amortización de puestos de trabajo o cierre de vacantes que puedan seguir a las no-renovaciones. Para ello, deberíamos disponer de los micro-datos de la Seguridad Social en forma de panel de empresa-trabajador. Una de las bases de datos por las que los economistas laborales de este país nos venderíamos al propio diablo…

Para tener un balance completo de la supresión de los límites en el encadenamiento de contratos, también deberíamos recordar por qué se establecieron en su momento: para desincentivar los despidos temporales (temporary layoffs), las entradas y salidas del paro combinadas con el empleo en la misma empresa, y los abusos que conllevan de un sistema de prestaciones por desempleo.. Este fenómeno que viene bien explicado en este artículo del El Mundo, aún ha sido poco investigado en nuestro país (por ejemplo, este trabajo de Yolanda Rebollo), aunque existe bastante evidencia del mismo en los EEUU. En esta entrada de Erica Groshen, verán que esta recesión también es atípica en cuanto a la relación entre ciclos y despidos temporales. Lo usual es que los despidos temporales aumenten durante las fases recesivas, siendo una de las formas de ajuste a disposición de las empresas, pero en esta Gran Recesión, y al menos al otro lado del Atlántico, parece ocurrir lo contrario. Si comprobáramos un fenómeno parecido en el caso español, podríamos decir que no corremos tantos riesgos al levantar el límite al encadenamiento de contratos. No obstante, aun así, una medida de este tipo, sin evidencia empírica, supone asumir un riesgo considerable con un estado tan calamitoso de nuestras finanzas, en gran parte por la elevada carga de las prestaciones por desempleo.

Las demás medidas

La supresión del límite en el encadenamiento de contratos no es la única medida que se aprobó este viernes.

No parece justificada la extensión del período de rebajas de los costes de despido con el uso de Fogasa. Era ésta una solución transitoria hasta que entrase en funcionamiento el fondo de capitalización a la austriaca. El gobierno también ha tirado la toalla aquí, dejando en marcha una medida que fomenta el “gorroneo”, por el que unas empresas subvencionan a otras con mayor tendencia al despido.

Se amplía la edad límite para “disfrutar” de contratos de formación hasta los 30 años, pero no se avanza de forma decisiva en la reforma educativa para que las próximas generaciones dejen de abandonar el sistema educativo sin una mínima formación profesional. 

Se prorroga el Plan Prepara, para que unos cuantos parados sigan recibiendo una remuneración a cambio de seguir un itinerario de inserción laboral y buscar activamente empleo, sin avances reales en la reforma de las políticas activas.

Conclusiones: Empleo rápido a cualquier precio versus reformas

En fin, creo que una de las preguntas claves que vuelve a plantear este nuevo paquete de medidas urgentes es si la creación de empleo rápido tiene que buscarse a cualquier precio, sacrificando las reformas básicas que nos permitirían cambiar de rumbo y crecer de forma sostenida en la próxima década, y más cuando no tenemos una evidencia consistente de la eficacia de tales medidas.

Nota: Este post es una ampliación y con ilustraciones de un artículo que se publica hoy en El Mundo con el título “La política del parche”

Hay 19 comentarios
  • Disculpad este comentario acientífico pero es que en ocasiones no queda más remedio que pensar con las tripas: el verdadero problema que sufrimos es que: los que realmente deberían "disfrutar" de un contrato basura son nuestros políticos, y en cambio nos lo están haciendo sufrir a nosotros. No voy a poner ningún nombre, que cada uno imagine los que quiera ¿pero en qué empresa privada trabajaría el 99,50% de nuestra clase dirigente? Y en el caso de que lo hiciera ¿en qué departamento o bajo qué cualificación?
    Y hablo a nivel nacional, porque llegado el caso si tuvieran que salir del país, como han condenado a más de una generación, ¿cuantos serían capaces de dar los buenos días en otro idioma que no fuera el mal español que practican?.

  • A mí lo que me llama la atención de esta reforma es que refuerza la dualidad del mercado de trabajo. Se cargan los ajustes sobre un grupo de trabajadores, los temporales. Como se dijo en otros comentarios, los ajustes tienen que ser repartidos entre todos los trabajadores.

    Desde este blog y otros foros se acusó a los sindicatos de conflicto de intereses en favor de los trabajadores consolidados, fuertemente sindicados, frente los parados o trabajadores temporales. (Algunos van más lejos y dicen que los sindicatos han cambiado "a las barricadas" por "a las mariscadas"). Con este cambio, el ministro de UGT ratifica estas acusaciones.

  • Mi primer comentario en este tan interesante blog para reclamar para los trabajadores contratados la misma flexibilidad que para los empresarios. Si queremos movilidad, flexibilidad y productividad, que nos dejen a los trabajadores cambiar de puesto de trabajo sin pérdida de nuestros derechos adquiridos. En estos momentos una buena parte de los contratos son instrumentos que mantienen rehenes a trabajadores cualificados, incapacitados para acogerse al paro mientras buscan una mejor relación laboral, o puestos en una posición de menor fuerza para negociar una rescisión de contrato. Flexibilidad, si, pero para todos, no sólo para la parte débil de esta historia.

  • para purgandus: si se aprobase un nuevo tipo de contrato, con indemnización menor que los actuales (por cierto, si descontamos la parte que paga fogasa, está la indemnización por despido tan lejos de la media europea?), ello no tendría efectos retroactivos, evidentemente, sino que afectaría a los contratos firmados a a partir de la aprobación del nuevo contrato, de modo que los sinicalistas no se verían afectados para nada.
    tan exagerado es decir que los sindicatos sólo defienden sus privilegios y a sus afiliados como que muchos empresarios abusan de la contratación temporal sólo por su propio interés, como medida para amedrentar a los trabajadores y ahorrarse un dinero

  • albert: cuando gobernó el PP, se rebajó la indemnización por despido para contratos ya firmados, y durante el poco tiempo que estuvo vigente la reforma laboral, se produjeron unos cuantos despidos. De todas formas, si en vez de un cambio coherente y general como el propuesto desde Nada es Gratis, se ha optado por reducir derechos sólo a los trabajadores temporales, muestra claramente a quién defiende el ministro de UGT.

    Me uno a lo dicho por Rogelio. En efecto, la libre competencia ha de ser para todos, empresarios pequeños, contratistas de la Administración, comerciantes, farmacias, taxis, colegios de ingenieros, bancos (que tienen pisos valorados a precios inflados), ...

  • Quisiera pedir a los economistas de Nada es Gratis una reflexión.

    ¿Por qué piensan ustedes que hay inflación en España? Porque si hay un 25 % de paro, tendrían que bajar los precios. Pero no ocurre así. Entonces, algo pasa. ¿Qué?

  • Hola,

    Para ser justo, lo mismo que digo de los sindicatos, que defienden al trabajador establecido frente al que está fuera, lo digo también de la CEOE, que defiende al empresario establecido frente al emprendedor. Esto explica las leyes que limitan la competencia empresarial.

    Todo esto es parte de la crisis de instituciones que tiene España. Un problema difícil de resolver, como el de los fallos del sistema electoral, porque quienes tienen poder para hacerlo son quienes se benefician de los fallos. Y como explicó Ignacio Sotelo en este artículo en El País, es la razón por la que en España cada 30 años se cambia de régimen, por la incapacidad de un régimen de corregirse desde dentro.

  • La bonanza del sistema de mercado se fundamentó siempre en que el capital era relativamente fijo y el trabajo móvil (veáse A. Smith, Ricardo o J.S Mill). De ahí surge una gran parte de la capacidad del mercado para generar riqueza y distribuirla de una forma relativamente justa y eficiente. El factor trabajo puede compensar su relativo menor poder en el intercambio (por ejemplo, Smith hablaba del monopolio de los capitalistas frente a los trabajadores en cuanto a la distribución de los frutos de la producción) mediante la movilidad. Esto ha cambiado en las últimas décadas, pues el factor capital es mucho más móvil que el trabajo. La tecnología ayuda, pero las leyes y algunos científicos de los social aun más.
    Los trabajadores de, por ejemplo, Latinoamérica no tienen permiso para venir libremente a España (adquiriendo así los derechos laborales de los españoles y consiguiendo un equiparamiento de rentas a largo plazo) pero Telefónica sí puede trasladar su capital allí, sin apenas controles, para pagar 200 euros al mes a la gente que nos llama por teléfono cuando estamos echando la siesta. Si el factor trabajo tiene unos controles tan estrictos porque creemos que puede generar desequilibrios sociales (racismo y luchas étnicas, por ejemplo), no entiendo que los capitales se muevan a sus anchas por el mundo cuando han demostrado una gran facilidad para causar inestabilidad. Bueno, sí lo entiendo: algún interés habrá.
    Los grandes poderes financieros y empresariales nos quieren hacer creer que ellos apuestan por un mercado libre cuando sería ridículo que un empresario oligopolista (o al menos con cierto poder de monopolio:P-CM/CM), con beneficios positivos, quisiera una competencia perfecta donde los beneficios son nulos (P=CM). Detrás de la flexibilización del mercado de trabajo, hacia la que tanta presión ejercen los mercados financieros y el mundo empresarial (al que pertenezco, lo reconozco), no puede existir otra razón que la de seguir reduciendo la razón salarios/PIB, que no ha parado de bajar, en términos reales, en nuestro país cuanto más precario ha sido el empleo. Creo que ahí está la base del problema que tenemos: para poder crecer basados en economía real, la ratio salarios/PIB tiene que aumentar; mientras ésta sea tan baja siempre necesitaremos de burbujas especulativas para crecer.
    En este país tenemos un exceso de oferta bestial debido a la creación de empresas durante la burbuja (he leído por ahí, en este blog, que no tenemos problemas de demanda: que se pase por mi negocio y eche un vistazo). Si seguimos estimulando la oferta y no la demanda (la que se ejerce con altos salarios y una amplia clase media) nunca vamos a salir de ésta. A mí, como pequeño empresario individual, a corto plazo, me interesa poder encadenar contratos temporales y mantener los sueldos suficientemente bajos por el mismo tiempo. Sin embargo, a los pequeños empresarios -al igual que el resto de la sociedad-, de forma colectiva y a largo plazo, nos interesa que los salarios de todas las empresas sean altos porque los trabajadores de otras empresas son mis consumidores. Sólo hace falta coordinación para aumentar la demanda pero precisamente se están coordinando, los países y los grandes partidos dentro de los países, para disminuirla, cuando para eso no se necesita coordinación ya que es el equilibrio ineficiente del juego cuando el descuento temporal de los agentes es muy alto, como se nota que es el caso.

  • Antonio:

    El problema de la economía española es un que compra más de lo que vende, es decir, déficit de balanza por cuenta corriente y deuda externa (aquí tienes los datos del Banco de España de balanza de pagos y de deuda externa como inversión neta). Cuando se dice que la crisis española no es de demanda, sino de deuda, es que éste es el problema fundamental y aquel el derivado. Tantos años comprando productos extranjeros más baratos al final nos quedamos sin dinero. Antes, esto se parcheaba con devaluaciones de moneda que ahora no podemos hacer. Por tanto, si se subieran los salarios, seríamos aún menos competitivos y nos los gastaríamos en comprar aún más productos extranjeros. Es decir, los salarios tienen que estar de acuerdo con la posición de un país en la cadena de valor en un mundo globalizado. Si se permite la importación de productos chinos y de petróleo hay que tener exportaciones que compensen esas compras.

    El otro problema de la economía española es la burbuja inmobiliaria, mucho más grave de lo que muchos piensan, significa la destrucción del crédito y del ahorro de las familias. Por un lado, el problema del crédito a los promotores y constructores. Las cajas y bancos españoles fueron a pedir dinero a la banca europea, a través del mercado interbancario de Frankfurt y otros mercados mayoristas, para dar estos créditos, muchos de dudosa solvencia. El resultado es que el negocio inmobiliario y constructor debe a la banca unos 400.000 millones de euros y ésta lo debe a su vez a la banca europea. (Por tanto, es deuda externa). (Esto está muy bien explicado en la charla de Ricardo Vergés). Todo esto creó una actividad económica artificial: empleo artificial, recaudación de impuesto de sociedades e IRPF artificiales, ... El problema es que ahora, todo eso se fue, y además hay que devolver el dinero prestado. Y ni siquiera tenemos el multiplicador bancario de estos créditos, que está en Europa.

    Luego están las hipotecas. Como consecuencia de la vivienda sobrevalorada, las familias deben en créditos hipotecarios 700.000 millones de euros. (Datos de deuda privada del Banco de España)

    La solución es, exportar, para pagar esas deudas, y no pagar deudas privadas, mediante la quiebra de cajas y bancos insolventes. Desgraciadamente se hace justo lo contrario, para evitar que baje el precio de la vivienda.

  • Sé las cifras de balanza de pagos, ya se encargan algunos de hablar todo el día de eso para no hablar del reducido estado del bienestar que tiene España. Lo de la competitividad internacional es el cuento de siempre: queremos ser competitivos a base de menores salarios. A salarios bajos nunca vamos a superar a China y las economías emergentes. No podemos competir con ellos en eso. No somos competitivos porque las grandes empresas pagan menos impuestos reales que las pymes (que ya defraudan lo suyo), igual pasa con la renta personal y la carga impositiva que se soporta, porque tenemos un fraude fiscal galopante, porque el multiplicador keynesiano está estrangulado debido a que los impuestos los pagan quienes tienen mayor propensión marginal a consumir anulando su efecto, porque hemos basado el crecimiento en el mercado inmobiliario (de escaso valor añadido real), porque no hemos apostado por las energías renovables, porque no hemos invertido en educación... Todas esas razones las pondría yo delante de la dudosa razón de que los salarios son muy altos para explicar la baja competitividad de nuestro país. Veo a diario cómo los empresarios de este país sólo sabemos mantener beneficios reduciendo la cantidad de impuestos que pagamos, no haciendo contratos a los trabajadores o comprando terrenos para venderlos más caros (esto los más avispados), mientras nos quejamos del gobierno porque gasta mucho con nuestro mercedes en la puerta del negocio (pagado en B). Los gobiernos tienen la obligación de crear un tejido empresarial responsable, de gente emprendedora que busque los monopolios temporales de la innovación, no la obtención de beneficios por los otros medios mencionados. Para eso, hay que presionar a los empresarios para que innoven, y NO AYUDAR a los empresarios con la excusa de que generan empleo (no lo hacemos por gusto). Estoy cansado de ver a empresarios de pacotilla que no tienen nada que ofrecer pero que gastan mucho más y declaran mucho menos que sus trabajadores (veánse los informes de GESTHA). También estoy cansado de tener que lidiar con proveedores y pseudoempresarios varios para que me hagan las facturas con IVA, como si yo estuviera loco o eso fuera una opción de compra. La cultura empresarial es lo que tiene que cambiar en nuestro país pero las políticas de oferta y de reducción del estado del bienestar no ayudan mucho, se lo puedo asegurar. Una vez que sancionemos a unos cuantos (bastantes) empresarios por no declarar sus ingresos correctamente veríamos cómo la cultura del "pagar impuestos es de tontos" se acabaría, puesto que los sancionados por el gobierno tendrían envidia de los que se escabullen y los sancionarían moralmente. A lo mejor de esa forma crearíamos la conciencia cívica (las normas de comportamiento social también son instituciones, y de las más importantes) necesaria para encarar un mundo donde los contratos son incompletos y se precisa de cooperación para crecer (no con suma cero sino positiva).

  • Antonio:

    Me sorprende que usted diga que las cifras de balanzas de pagos se dicen por ahí todo el día. Yo no las escucho en ningún telediario, no las veo en ningún medio de comunicación. Pero, aunque sea algo que no guste, el problema está ahí. Ciertamente es mejor ser competitivo con la innovación que trabajando a sueldos chinos. Pero la innovación, que es necesaria, es a largo plazo. Estas inversiones tardan en surtir efecto.

    Estoy con usted en que hay que perseguir el fraude fiscal (seguramente si no se hace es por electoralismo). Pero recuerde que los impuestos son transferencias internas, que no afectan a la balanza de pagos exterior.

    Hay una forma de bajar salarios repercutiendo poco en el bienestar. Consiste en bajar el precio de la vivienda. ¿Y cómo se baja? Muy sencillo: dejando de impedir que baje. En un mercado normal, este precio se desplomaría. No lo hace, porque está secuestrada por bancos y cajas de ahorro, que como tienen liquidez del Banco Central Europeo, poniendo esas viviendas en su balance a precios que no son de mercado. La solución es que el Banco de España obligue de una vez por todas a cajas y bancos a poner sus casas a precio de mercado, y que las vendan, y ya.

    Estoy convencido de que el objetivo es el contrario: el Gobierno y Banco de España están haciendo todo lo posible para evitar la corrección del precio de la vivienda, y esa es la razón para que ninguna caja sea liquidada: veríamos casas prácticamente regaladas. Así se hizo en Irlanda. Ustedes ya saben las consecuencias.

  • Purgandus:

    "Pero la innovación, que es necesaria, es a largo plazo. Estas inversiones tardan en surtir efecto".
    Eso es percisamente lo que nos debería impulsar a llevarlas a cabo lo antes posible, a no retrasarlas más. No sólo estamos retrasándolas sino que intentamos imposibilitarlas para el futuro, y con rango constitucional. De esta forma, reduciendo la inversión estatal y pensando que el problema son unos salarios altos, sólo podemos sucumbir ante futuras inclemencias y, según mi punto de vista, también ante las presentes.
    La acción colectiva se fundamenta en que puede utilizar la psicología humana en su favor (de la especie) y racionalizar ésta cuando no es capaz de hacerlo por sí misma. Ejemplos: inconsistencia intertemporal (descuento hiperbólico...), ilusión monetaria, burbujas inmobiliarias y especulativas en general, reducidas contribuciones al bien público (no rival y no excluible)... Así, tenemos los sistemas de seguridad social y pensiones (porque si no las personas se gastarían todo su dinero y llegarían a viejos sin un puñetero duro, debido a las inconsistencias intertemporales), los estabilizadores automáticos (para frenar pequeñas burbujas basadas en simples creencias, lejos de todo valor fundamental) o los sistemas coercitivos para, por ejemplo, la recaudación de impuestos (esto es, imponer las normas de convivencia necesarias para generar el capital social básico, u óptimo, en el desenvolvimiento económico).
    El precio de la vivienda está claro que debería bajar y los banco-cajas deberían contabilizarlas al valor real pero ¿qué más da? ¿Habría que emprender más rescates a la banca si demuestran sus verdaderas cuentas? Mientras el poder lo tengan ellos y se les tenga tanto miedo por ser la columna vertebral del sistema estaremos perdidos. Un enfoque realmente serio de política económica a largo plazo sería la del ataque frontal a los dictados de la UE (no a todos, sólo a los que tengan la intención de reducir el déficit a costa de cualquier cosa, incluso del empleo) y de los "mercados" financieros (mercados entre comillas porque la relación ganacia esperada/riesgo real tiende prácticamente a infinito, cosa que no puede suceder nunca en un mercado real).
    A ver si dando ejemplo de lo que hay que hacer conseguimos que otros países, que también tienen sus dudas de si sucumbir otra vez a los generadores de la crisis es buena idea, tomen la senda correcta. La coordinación es fundamental, pero no cediendo sino recuperando el terreno perdido con las políticas de oferta (yo las llamaría las políticas de burbuja) llevadas a cabo en los últimos 30 años. El "socialismo para ricos" que se puede leer en este blog (y ya había sido mencionado por Stiglitz y otros hace tiempo) se refiere, en su última expresión, a tales políticas de oferta (siempre bajo mi punto de vista) porque las clases altas ("los ricos") son las que atesoran el capital y, por tanto, la oferta. Sólo por dar un ejemplo, que espero no sea demasiado reduccionista, tengo amigos que están en 3 ó 4 sociedades limitadas como socios sólo para poder pasar empleados (y no hacerlos fijos) y ganancias (para pagar menos impuestos) de unas a otras, y se nos sigue diciendo que es muy difícil hacer una empresa en este país, perdonen que me ría. Hay que conocer la calle un poco para poder hacerse una idea de que los empresarios en este país están mimados sin merecimiento ninguno (no todos, por supuesto).

  • Purgandus Populus

    Estoy de acuerdo con su último comentario sobre el precio de la vivienda, el caso es que en estas últimas semanas se están viviendo momentos muy delicados en el sistema financero europeo (de la que los medios españoles apenas se hacen eco), hay una gran desconfianza en, prácticamente, toda la banca europea por su exposición a la deuda de los llamados "países periféricos" (puede obtener más información en los principales blogs de información financiera internacionales).
    Al hilo de esto, la banca española no va a financiar inmuebles que no sean de su cartera de viviendas, entre otras cosas para no dar liquidez a la competencia y, sobre todo, porque no la tiene (ya comentado arriba).
    Más: si se reconociera el verdadero valor de los inmuebles (yo diría que, a ojo de buen cubero, queda un 30%-40% de bajada como poco) los balances del 70% de nuestro sector financiero quedaría bastante tocado, por llamarlo suavemente, porque si lo llamamos según la realidad quedarían para la "liquidación total", eso sí, si como último recurso acudiesen a la ayuda estatal seria la... ¿quiebra total del sistema?

  • Antonio:

    Estoy de acuerdo en que debe invertirse en investigación. Le advertía que sus beneficios son a largo plazo, y por tanto es además de moderar salarios, no en lugar de. Pero no es necesario incurrir en déficit, se puede, por ejemplo, subiendo impuestos. Usted dice que da igual que los bancos declaren sus activos a precios reales porque luego tenemos que rescatarlos. No, no y no. Si en Dinamarca quebró el décimo banco del país, es porque está mejor gobernada que España. No se crea usted historias asustaviejas de las lecciones de Lehman Brothers. Pienso que el 15-M avanzaría más si exigiera la valoración de los pisos de los bancos a precio de mercado y su venta, que hablar de los mercados sin saber muy bien de qué.

    xenyes:

    Lo mejor ante los inversores es ser creíble. Es mejor que quebrasen un 30 % de las cajas, y mantener el resto, que pretender que el Estado se puede hacer cargo de todas sus deudas. Todo tiene límites, de acuerdo. Y entre dejar quebrar un banco y asumir el 100 % de sus deudas, como hace el banco de España y el Gobierno, hay vías intermedias, como tener descuentos parciales de deuda mediante convenios con los acreedores.

  • Purgandus

    Ése es el problema, que mientras el poder (que parece no existir en la ciencia económica, pero cualquier persona de a pie ve que suele ser más importante que las preferencias) lo tenga el mercado financiero no vamos a hacer nada. Sí, sí y sí (tres veces argumentado), todo lo que estamos haciendo va encaminado a contentar a los poderes financieros. No es compatible el rendir pleitesía a la banca y los grandes inversores con toda la política económica y no tomar medidas como rescatarles (o hacer lo que más les convenga; en algunos casos, las personas que dirigen los bancos prefieren la quiebra pues puede ser más rentable personalmente). La banca tiene unos desincentivos bestiales para hacer las cosas bien. Cuando hablo de la banca, hablo de las personas que la manejan. Que un banco u otro quiebre dará igual si los responsables (que son personas, no bancos) no pagan los "desperfectos" que ocasionen en la economía y en la sociedad. Para ganar tiene que existir el riesgo a perder (perdón por una obviedad tan machacada).
    Amén de subir impuestos, pero ¡ojo a quién! Todas las últimas reformas de impuestos directos han reducido el poder redistributivo del IRPF (ver informes del IEF) y, además, se han acompañado de más impuestos indirectos (regresivos de nacimiento). ¿No ven algo de fondo que no ha cambiado pese a la crisis?

  • Purgandus (cont)

    Dinamarca no está mejor gobernada, tiene un capital social a años luz del de España. Los políticos no nacen distintos a sus compatriotas. Pero aquí, en lo importante seguimos distanciándonos de Dinamarca creyéndonos que nos vamos a parecer a ellos con una simple regla de equilibrio presupuestario o permitiendo a los bancos quebrar. En Dinamarca el gasto público representaba en 2009 el 58% del PIB, supongo que debido a que dejan quebrar bancos o a que tienen estabilidad presupuestaria ¡qué ingenuos! Al tener un estado fuerte y unas instituciones colectivas bien formadas pueden imponer estabilidad presupuestaria o dejar quebrar bancos, la causalidad no es al revés como hemos llegado a creer la mayoría.
    No sé por qué dice lo del 15-M pero sí, de acuerdo.

  • Purgandus Populus

    Vuelvo a estar de acuerdo con Vd. en el plano "deber ser", las cajas/bancos deberían ser declaradas en quiebra y liquidadas; pero me temo que eso no se está desarrollando de esa manera porque nadie quiere afrontar las pérdidas, y están apostando a que se socialicen. Eso sí, a excepeción de algún caso singular, en el resto se está manteniendo la mísma cúpula directiva... con dinero público.
    Cuando "la cosa iba bien", a mi no me invitaron a ninguna de sus fiestas ni mariscadas, eso sí, ahora les tengo que pagar su fin de fiesta.
    La última medida del -4% del IVA, ineficaz e irritante, supone además que en vez de que esta corrección la realice el mercado, la va a asumir la Hacienda Pública (es decir: nosotros los contribuyentes); estamos viviendo un "tapar la realidad y las vergüenzas" de unos a otros entre la oligarquía, un "kick the can down the road", ganar tiempo, ¿pero hasta cuando?.
    Hay deudas absolutamente inasumibles... y de momento nos estamos centrando en la pública, por alguna razón la lupa no se ha centrado en el sector privado (¿han visto los CDS de la banca española?, a esta hora: CDS Banco Santander 5 --> 307.34 (30/08/11 9:56).
    A todo esto el 7 de septiembre el Constitucional alemán dicta su veredicto sobre la legalidad de la participación del país germano en el rescate de Grecia.

  • Inquieta mucho que al trabajador no le haga ilusión ser deseado por empresarios. Para poder cambiar de trabajo a cambio de mejores condiciones (como con el contrato ADSL).

    Entiendo que una de las ventajas de una flexibilidad razonable sería eso, venderse mejor como trabajador en el mercado.

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